Muere el diplomático catalán Francesc Vendrell, doctor honoris causa por la Universidad Ramon Llull

Un catalán universal

Durante el acto de investidura del doctorado honoris causa, Josep Maria Carbonell, entonces decano de la FCRI Blanquerna-URL y padrino de Vendrell, se refirió a su figura como “catalán universal” y se remontó al siglo XIII para situar su figura en una tradición diplomática catalana: "Son muchos nuestros conciudadanos que en el campo de las artes, las ciencias y las letras se han ganado un reconocimiento amplio, de eco internacional". Y remarcó que “Vendrell es uno de esos catalanes universales y representa, de verdad, sin artificio y sin que tengamos que recurrir a la hipérbole, la vocación de un talante secular que pone en primer término las virtudes asociadas a la contención y la sobriedad, la búsqueda del acuerdo y el entendimiento como valor primordial de las relaciones entre los seres humanos y sus organizaciones, desde los grupos representativos de todas las condiciones hasta los propios estados”.

Un forjador de la paz

Carbonell definió a Vendrell como una persona activa, comprometida con la contemporaneidad, que mantuvo siempre con dignidad el respeto por su país, con una formación muy sólida y una carrera profesional muy intensa, basada en la dedicación y el aprendizaje, como un asesor valioso de varios organismos que confían en su opinión, y también como un alto diplomático forjador de la paz con gran disposición para el diálogo, que logró muchos hitos a lo largo de su carrera en la mediación de conflictos, con una aportación destacada en dos materias de interés tanto humano como universal: los Derechos humanos y los procesos de democratización.

Por su parte el rector de la URL en ese momento, Josep Maria Garrell, destacó que el Dr. Vendrell en su maestría dio claras indicaciones de cómo él entendía y de cómo ejerció las relaciones internacionales, la mediación y la negociación en los conflictos. Hablaba de buscar "las ventanas de oportunidad", "de actuar con humildad", también de la importancia de la mediación bien entendida, de la negociación como componente inherente de su trabajo, del asesoramiento y, sobre todo, de los “buenos oficios”. Término, el de “buenos oficios”, que es ambiguo pero a la vez muy clarificador de lo que debe tener un buen diplomático”.

En el acto de investidura quedó patente la larga experiencia docente de Vendrell durante su intervención magistral (que se puede encontrar en el libro de los discursos del acto) que se centró en la exposición de las diferentes categorías de conflictos, en algunos de los cuales había intervenido personalmente.