La fragmentación política, el estancamiento productivo y la vivienda, principales riesgos para la economía española en 2025, según Esade
El Informe Económico y Financiero de Esade, elaborado con el apoyo de Banco Sabadell, anticipa un crecimiento del 2,5% para la economía española en 2025, impulsado por la demanda interna, los fondos Next Generation, la moderación de la inflación y la creación de empleo
Jueves, 6 de marzo de 2025. La economía española enfrenta tres grandes desafíos estructurales que amenazan su crecimiento y competitividad a largo plazo: la fragmentación política, que obstaculiza la toma de decisiones y la implementación de reformas estructurales en áreas clave como la inversión, el mercado laboral y la cualificación del capital humano; el estancamiento de la productividad, que ha profundizado la divergencia en términos de eficiencia y competitividad con la media europea, con una brecha del 10%-15% en productividad por hora trabajada desde 2008; y la crisis de la vivienda, que impacta tanto en la accesibilidad como en la estabilidad del mercado inmobiliario, con efectos directos en el bienestar social y la movilidad laboral. Así lo recoge el Informe Económico y Financiero de Esade, dirigido por Toni Roldán, director de EsadeEcPol, y elaborado con el apoyo de Banco Sabadell, cuyo capítulo de coyuntura económica ha sido desarrollado por Josep M. Comajuncosa, profesor de Esade, y Manuel Hidalgo, profesor de la Universidad Pablo de Olavide y senior fellow de EsadeEcPol.
A estos retos se suma la elevada deuda pública, cuya reducción progresiva sigue siendo insuficiente. Aunque ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos meses, su nivel sigue limitando la capacidad del Gobierno para aplicar políticas fiscales anticíclicas y aumenta la vulnerabilidad de la economía ante posibles shocks externos, lo que representa un riesgo adicional para la estabilidad económica del país.
A pesar de estos desafíos, los autores del informe prevén un crecimiento del PIB del 2,5% en 2025, seguido (según estimaciones del Fondo Monetario Internacional) de un 1,9% en 2026 y un 1,7% en 2027, cifras superiores a las de otras economías avanzadas. Este crecimiento estará impulsado por la demanda interna, con el consumo privado como motor principal, y por la recuperación de la inversión, favorecida por los fondos Next Generation. También se espera una moderación de la inflación y un crecimiento del empleo, aunque a un ritmo más lento que en los trimestres anteriores. La inflación se situará en torno al 2,1% en 2025, con posibles riesgos al alza por tensiones geopolíticas y cambios en la política económica, mientras que la tasa de desempleo podría situarse por debajo del 10% en 2027.
Crecimiento global desigual
El Informe Económico y Financiero de Esade destaca que, a escala mundial, la actividad económica mantuvo un ritmo sólido en 2024, impulsada por el liderazgo de Estados Unidos y la estabilización de China. Para 2025, se proyecta un crecimiento global del 3,3%, aunque con diferencias significativas: las economías avanzadas crecerán un 1,9%, mientras que las emergentes lo harán un 4,2%.
Estados Unidos registrará un crecimiento del 2,7%, gracias a la fortaleza de su mercado laboral y condiciones financieras favorables. En la zona euro, el crecimiento se situará en el 1%, con una ligera recuperación de la demanda interna impulsada por el aumento de los salarios reales y la relajación de la política monetaria. Sin embargo, este crecimiento seguirá por debajo de su potencial debido a la incertidumbre, la inflación subyacente y el envejecimiento poblacional. Dentro de la eurozona, las diferencias también serán notables: Alemania crecerá solo un 0,3%, mientras que Francia e Italia se situarán en torno al 0,8% y 0,7%, respectivamente. Por el contrario, España, Portugal y Grecia crecerán por encima del 2%. El Reino Unido, por su parte, acelerará hasta el 1,6%.
En cuanto a las economías emergentes, se espera que China estabilice su crecimiento en el 4,6%, apoyado por políticas de estímulo que compensen la debilidad del sector inmobiliario. India moderará su expansión al 6,5%, mientras que Latinoamérica crecerá entre un 2,4% y un 2,5%. En esta región, México y Brasil registrarán crecimientos del 1,4% y 2,2%, respectivamente, mientras que Argentina repuntará con fuerza tras la recesión, superando el 4,5%.
Proceso de desinflación desigual
El crecimiento económico global también se verá influenciado por la desinflación iniciada en 2023. Aunque se espera que la inflación subyacente persista en el sector servicios a inicios de 2025 debido a la presión salarial, tenderá a reducirse a medida que se cierren las brechas de producción. En las economías avanzadas, la inflación se situará en torno al 2%, mientras que en Estados Unidos y Canadá alcanzará el 2,2% y 2,4%, respectivamente. En contraste, las economías emergentes presentarán una inflación media del 6%, con diferencias sustanciales: China tendrá una inflación del 1,7%, mientras que en India llegará al 6,5%, y en Argentina y Venezuela superará el 60% y 70%, respectivamente.
La 36ª edición del Informe Económico y Financiero de Esade, titulada “La vivienda: un reto central para los próximos años”, y elaborada con el apoyo de Banco Sabadell, cuenta con la participación de Joan Monras, research advisor en el Banco de la Reserva Federal de San Francisco y profesor de Economía en la Universidad Pompeu Fabra (UPF), autor del artículo “Mercado de la vivienda: la tormenta perfecta”; José María Raya, catedrático Tecnocampus (UPF), quien firma “El nuevo mercado del alquiler: Nuevas fórmulas, viejos objetivos”, y Cristina Barceló y Laura Crespo, del Banco de España, con “La tenencia de vivienda y deuda hipotecaria de las familias españolas durante los últimos veinte años”. El profesor de Economía de Esade y miembro de la Junta del Club Real Estate de Esade Alumni, Jordi Fabregat cierra el apartado de debate con el texto “Alternativas al residencial tradicional. Efecto sobre la demanda de vivienda”.
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